La Vida Corporativa de Dios
[pullquote]La vida corporativa de Dios: La Divinidad como el modelo de todas las relaciones
Capitulo 1 – El Dios que es Comunión[/pullquote]
Desesperadamente necesitamos un nuevo punto de vista, necesitamos ver las cosas desde la perspectiva de Dios, pero para llegar a esto, necesitamos tener nuestras mentes renovadas. La vieja manera de pensar nunca podrá hacerlo. Necesitamos pensar con nuevas mentes y ver con nuevos ojos. Solo con esas herramientas seremos capaces de entender lo que ha estado en el corazón de Dios desde antes de la eternidad. Solo de esta manera seremos capaces de entender el propósito de Dios.
Lo primero que veremos le causará gran asombro. Le sorprenderá porque probablemente nunca antes se había atrevido a pensar de esta manera. En su mente usted ha hecho a Dios a su imagen, y por lo tanto, siempre lo relacionará de la misma forma, sin embargo, la primer cosa que usted debe ver es que:
[pullquote]¡ Dios no es un individuo ![/pullquote]
Él nunca ha sido, y él nunca lo será. Sin embargo, pensamos en Él como si lo fuera, ¿no es así?
Nosotros somos Cristianos “individuales” tratando de relacionarnos con un Dios “individual”. Esto es como tratar de insertar una pieza cuadrada en un orificio circular. Simplemente no embona! Dios no es como nosotros. Necesitamos ver primero quien es Dios.
Lo diré nuevamente: Dios no es un individuo. Él es una comunidad de tres personas; el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Él no piensa como un individuo y Él no actúa como un individuo. Él es una comunidad de tres personalidades distintas que son una. Él es TRI-UNO (tres-uno), o tres-en-uno. Hay un solo Dios, pero Él está constituido por 3 distintas personas. Estas personas son diferentes pero no son individuos separados. Cada uno tiene una personalidad única, pero no viven o funcionan como entidades separadas. Cada una de estas personas es Dios, pero siguen siendo un solo Dios, no tres. El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu es Dios, pero sigue siendo un solo Dios! ¿Cómo puede ser esto posible?, ¿Por qué es tan difícil para nosotros entender esto? Simplemente porque pensamos con una mente “individual” y algo que no encaja en este paradigma simplemente no lo podemos procesar.
Pero Dios nunca ha sido un individuo aislado como tú y yo; por lo que sus pensamientos son totalmente diferentes a nuestros pensamientos (Isaías 55:8-9). Dado que no es un individuo, Él no piensa como un individuo. Él piensa en términos de comunidad.
[pullquote]El punto de vista en Comunidad[/pullquote]
Dios piensa y actúa como una comunidad, no como un individuo separado. Dios es comunidad, de tal manera que piensa corporativamente. Esta diferencia en punto de vista ha sido un gran problema desde la caída del hombre. Nosotros creemos que Dios piensa como nosotros pensamos y por lo tanto podemos entenderlo ¡porque Él es justo como nosotros! Mas no es así. Él no es como nosotros y la única forma en la que podremos entenderlo o entender lo que dice es cambiando nuestro punto de vista. Necesitamos ver las cosas desde la perspectiva de Dios y esta perspectiva es corporativa, no individual.
“La divina trinidad no es simplemente una declaración acerca de cómo experimentamos a Dios. Tampoco es meramente la forma en la que Dios se nos presenta. Por el contrario, el único Dios es eternamente tres personas. Dios actualmente es el Padre, Hijo y Espíritu. Así como Dios se caracteriza por la unidad, de la misma forma trinidad también pertenece a la forma que Dios actualmente es.”
Stanley J. Grenz
“Created for Community”
Baker Book House 1998, p.45
Un buen ejemplo de este punto de vista en comunión puede verse en la vida terrenal del Señor Jesús. Él nunca trabajo solo. Él habló las palabras del Padre. Él hizo el trabajo del Padre. Él echó fuera demonios por el Espíritu (Mateo 12:28). Jesus vivió por la vida del Dios Triuno. Él hubiera podido vivir una vida independiente y trabajar solo, pero esa no fue su elección. Como persona, Él tiene una voluntad y el poder de elegir, y Él eligió, como hombre, el vivir y trabajar en la vida corporativa de Dios. Él tuvo una “conciencia corporativa” y era consciente de donde había venido. Fue parte de una comunidad y no pensó en actuar independiente de esa comunidad solo porque estaba aquí en la tierra. De hecho, el Padre lo envió a continuar esa comunión aquí en la tierra, ese estilo de vida corporativo, para que sus discípulos comenzaran a “ver” con nuevos ojos. Él quería que comenzaran a ver desde la perspectiva de Dios.
Una de las más grandes necesidades entre los creyentes hoy es el ser capaces de “ver” desde esta perspectiva corporativa.
Con el riesgo de sonar redundante lo diré una vez más: Dios no es un individuo!
Nuestro Dios es corporativo. Él es Tres-en-Uno. Él piensa en términos corporativos y Él habla en términos corporativos. Él vive un “estilo de vida” de comunión. Él vive como tres distintas Personas quienes tienen sus propias y únicas personalidades y todavía son uno. Ellos viven juntos, ellos actúan juntos, ellos se relacionan entre sí continuamente. Ellos comparten la misma vida, substancia y esencia.
“La unicidad de Dios no es la unicidad de individuos distintos contenidos en sí mismo; es la unicidad de una comunión de personas que se aman mutuamente y viven juntas en armonía… Ellos son lo que son solamente en su relación unos con otros… No hay una persona solitaria separada de los demás; no por encima o debajo; no primero, segundo, tercero en importancia; no gobernando y controlando ni siendo gobernado y controlado; sin posición de privilegio a ser mantenido sobre o en contra de los otros; sin preguntas o conflictos concernientes a quien esta a cargo; sin necesidad de establecer independencia y autoridad de uno a expensas de los otros. Ahora hay solamente una comunidad y comunión entre iguales que comparten todo lo que ellos son y en su comunión con los demás, cada uno vive con y para los demás en una entrega mutua, dando su amor, y respaldo; cada uno libre no de sino para los otros. Asi es como el Padre, Hijo, y Espíritu Santo están relacionados en el círculo íntimo de la divinidad.”
Kevin Giles
“La Trinidad y Subordinacionismo”
Downers Grove: Inter Varsity Press, 2002 p.103
[pullquote]La vida Divina es Corporativa[/pullquote]
Las escrituras hablan bastante acerca de la vida divina o vida eterna. Necesitamos entender que no es solamente la cantidad de vida que es representada, sino es la calidad de la vida lo más importante. La vida eterna, es pues, la mismísima esencia del Dios Triuno. Esta es una vida corporativa, una vida de unicidad, una vida de cooperación y trabajo en equipo, una vida de profunda comunión y unidad, una vida de completa dedicación mutua y de continuamente dar la vida unos a otros. Esta es la vida intima de Dios!
[pullquote]La vida divina es Relación[/pullquote]
El elemento esencial en esta vida es la relación. El origen y fundación de todas las relaciones es el Dios Triuno. La relación de la Divinidad es La relación. En otras palabras, no existe otra relación. Encontramos la relación entre el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todas las demás “relaciones” son solo un reflejo de esa única relación.
Todas las relaciones naturales son solo una fotografía de la única relación divina que existe en la comunión eterna de la divinidad. Hay solamente una relación en esta tierra que no es una imagen o reflejo de la relación divina sino una expresión de la comunión de la divinidad. Esta es la relación de los miembros del Cuerpo de Cristo. Esto es porque el Cuerpo de Cristo está constituido con el específico propósito de expresar la vida corporativa de Dios.
Dios desea expresar Su propia vida. Su deseo es verter Su vida eterna en un vaso para que esa vida pueda ser expresada en una manera visible y tangible. Es importante que recordemos que esta vida es Dios mismo. Cuando Él entrega su vida, Él está entregando Su propio ser! Esta vida contiene la esencia de todo lo que Él es. No significa que esta vida es una fuerza o energía de alguna clase que está separada de Él. La vida es Él! Y esta vida es corporativa porque Él es corporativo.
La esencia de la vida es la relación. En otras palabras, la vida divina, la vida de Dios, es corporativa en naturaleza. Cada uno de los miembros de la divinidad es dependiente uno de otro. La vida no fluye en esta comunidad a menos que los miembros cooperen unos con otros. No hay vida sin la cooperación mutua de las Personas. Sin el Padre no puede haber Hijo, sin el Hijo no puede haber Padre, sin el Espíritu no puede haber Padre e Hijo. Ellos son totalmente dependientes uno de otro. La relación constituye el fluir de la vida. Si no hay relación entonces ahí no hay flujo de vida.
[pullquote]Una descripción de la vida corporativa de Dios[/pullquote]
El apóstol Juan nos dice que Dios es amor (1 Juan 4:16). Es muy significativa esta declaración; mucho más de lo que normalmente creemos. Juan no está diciendo que Dios ama o tiene amor. Él dice que Dios es amor. La mismísima naturaleza de Dios es amor. En otras palabras, amor es la esencia de quien Dios es.
Ahora que sabemos que Dios ama, pero Él ama porque eso es lo que Él es. Amor es Su vida, amor es Su ser, amor es Su misma existencia! Así que esta palabra nuestra “amor” es una buena manera para describir la vida corporativa de Dios.
El amor demanda una relación. El amor debe tener un objeto, Uno separado, un individuo independiente no puede amar. Ese individuo debe tener un objeto para su amor. Debe haber otro para amar. Ahora nos estamos introduciendo al corazón de la naturaleza de Dios. Él es amor, Él es relación. El Padre ama al Hijo porque Él entrega Su vida (Su propio ser) a Su Hijo. El Hijo entrega su vida al Padre, el Espíritu incluso entrega Su vida al Padre y al Hijo. Juan capítulos 14 al 17 describe esta relación de amor dentro de la divinidad.
Si Dios solamente contuviera una Persona dentro de sí mismo, entonces no habría amor porque tiene que existir una interacción tomando lugar entre un mínimo de dos personas. Así que ahora podemos ver que el amor es la descripción de la vida fluyendo dentro del Dios Triuno. El amor por si mismo puede solamente ser definido como el intercambio de vida que ocurre dentro de la divinidad. Ellos son uno porque ellos comparten la misma vida, la vida que es continuamente entregada unos a otros.
La coinherencia de la divinidad
El padre, Hijo y Espíritu no están solamente unidos juntos; ellos son uno (Juan 17). Esto significa que el Padre está en el Hijo, el Hijo en el Padre, y el Espíritu está en el Padre e Hijo. Ellos están en cada uno mutuamente. Esto es llamado coinherencia (Juan 14:11; 17:21). Obviamente, ellos no son independientes o individuos aislados funcionando separadamente uno de otro.
Cuando Cristo vino a la tierra, Él trajo al Padre y al Espíritu con Él. Más tarde, cuando el Espíritu vino a la tierra, Él trajo al Hijo y al Padre con Él. Ambos el padre y el Hijo enviaron al Espíritu a nosotros (ver Juan 14:26; 15:26). El Padre envió al Espíritu en el nombre del Hijo, y el Hijo envió al Espíritu desde (con) el Padre. Este es el maravilloso misterio de la Divina Trinidad. Ellos siempre trabajan juntos porque ellos son uno. Ninguna Persona considera Su vida como propia. Ellos están cada uno continuamente entregando sus vidas unos a otros.
¿Porque es que es hemos atravesado por tantos tiempos difíciles para entender este misterio de la Divinidad? La respuesta es simple, nuestras mentes caídas simplemente no pueden pensar en términos corporativos. Esa es la naturaleza de la caída. Nosotros solamente pensamos en términos de individuos aislados. Solamente podemos pensar individualistamente. Es por esto que hemos intentado entender a Dios como un individuo, pero, como hemos visto en este capítulo, Él no es un individuo. Por lo tanto, Él no sigue la misma línea de pensamiento que seguimos nosotros.
Debería ser obvio para usted ahora, necesitamos desesperadamente tener nuestras mentes renovadas. Esto debe comenzar con nosotros viendo el eterno propósito de Dios para el hombre. Entonces, por la gracia de Dios, avanzaremos para ver como Dios está cumpliendo este plan!