10 Mitos Acerca de la Iglesia Orgánica – Mito 2: La Iglesia Orgánica es un Nuevo Movimiento
[pullquote]Este es un malentendido muy común con respecto a la vida orgánica de la Iglesia.[/pullquote]
Mucha gente cree que por el hecho de no haber escuchado de esto antes debe tratarse de algo nuevo, o incluso, de algun tipo de movimiento reciente. Sin embargo, debo decir que es el “tipo” de iglesia más antiguo que existe. Cuando usamos el término “iglesia orgánica” solo lo hacemos para diferenciar aquella fundada en el eterno propósito de Dios, donde la vida de Su Hijo fluye a través de Sus hijos, y aquella que está basada en el sistema religioso humano. El sistema humano de religión está basado en ideas y métodos del hombre y no en la vida divina de Dios en Cristo. Este sistema es muy a menudo conocido como la iglesia institucional. El Nuevo Testamento nos revela que la vida y naturaleza de la iglesia del Señor Jesús (y lo podemos ver leyendo con una mente y corazón abiertos) definitivamente no es institucional sino orgánica. Con el término “orgánica” nos referimos a algo basado en la vida y no en un mecanismo hecho por el hombre.
Podemos ver en las escrituras que la iglesia de Dios está fundada en ninguna otra cosa sino en Jesucristo mismo y no en todas las ideas que el hombre tiene acerca de Él. Basado en estas premisas, podemos claramente ver que la iglesia institucional es en realidad el nuevo movimiento y no la iglesia orgánica, la cual es el intento de los creyentes modernos de regresar a sus “raíces” del Cristianismo primitivo. Esas “raíces”, por supuesto, no son nada nuevo sino el retorno de algo muy antiguo. Podemos incluso decir que la iglesia orgánica tiene tres diferentes testigos.
[pullquote]Los Tres Testigos[/pullquote]
1) Las propias Escrituras
Como mencioné antes, el Nuevo Testamento es muy claro con respecto a la naturaleza y vida de la Iglesia de Jesucristo dejándonos ver que es un organismo y no una organización. Es decir, es la encarnación del mismísimo Señor Jesús, y no una colección de doctrinas y teologías. Esta habita en la Nueva Creación, el Nuevo Hombre, el Nuevo Israel y la Imagen de Dios, y no en un reflejo de la vieja naturaleza del hombre. Es una Novia, un Cuerpo, un Templo viviente, una Vid con Pámpanos, un Pastor y Su Rebaño, una Familia, etc. Como podrá observar, todas estas figuras son organismos y no mecanismos.
2) La Historia
Las cosas comenzaron a salirse de rumbo en la iglesia durante el segundo y tercer siglo. Pero cuando esto comenzó a suceder, Dios inmediatamente comenzó a levantar grupos de creyentes que continuarían con el testimonio de Su Iglesia. A principios del tercer siglo existieron grupos que permanecieron fuera del sistema institucional de la religión del hombre. Los perseguidores de estos grupos les dieron nombre a muchos de ellos, tales como: pricilianos, paulicanos, bogomilos, valdenses, albigenses, lolardos, husitas, hermanos unidos, los anabaptistas, los pietistas, los hermanos de Plymouth, la pequeña manada, etc. A través de la historia, todos estos grupos fueron un intento de volver a la vida orgánica y pura de la iglesia primitiva. Podemos leer más acerca de su historia en algunos libros como “La Iglesia Peregrina” de Broadbent y “La Antorcha del Testimonio” de Kennedy.
3) Nuestras Propias Experiencias
No solo tenemos el testimonio de la iglesia del Nuevo Testamento y la historia de grupos que permanecieron fuera del sistema, tenemos también nuestra propia experiencia. Mis hermanos en la obra y yo hemos estado procurando, viviendo dentro, y plantando iglesias orgánicas por los últimos 23 años. Conocemos también otros que lo han hecho antes que nosotros, algunos pocos de ellos siguen vivos o son ya de avanzada edad.
Hemos aprendido (y seguiremos aprendiendo) de estos tres “testigos” de la vida orgánica de la iglesia. Como puedes ver, esto en definitiva ni es algo nuevo ni es un movimiento. Es simplemente el eterno propósito de Dios encarnándose en este mundo. Es un mover de Dios, sí, pero el mismo mover y propósito que Dios ha tenido desde antes de la creación, el cual es, hacer a Su Hijo aquel que todo lo llena en todo y la suma de todas las cosas (Ver Efesios 1 y 3, y Colosenses 1).
/ Traducido al español por Rodrigo Aguilera (@rodaguileramx) /