Filtros que imposibilitan la visión: Parte 8 – La Solución
Necesitamos ver a Cristo antes de poder hacer (o vivir) a Cristo. La vista espiritual debe venir antes de que podamos expresar al Señor. Antes de que podamos ser Su Cuerpo y expresión debemos aprender a verle, no solo individualmente sino corporativamente.
“Pero cuando se vuelvan al Señor, el velo será quitado.” 2 Corintios 3:16
Casi durante los últimos dos meses he estado compartiendo 7 “filtros” que se convierten en un obstáculo para nuestra visión plena del mismo Señor Jesús. Esos “filtros” son simplemente cosas que nos distraen y nublan nuestra visión de Cristo. Por supuesto, hay muchos más de esos 7 filtros! Oro que Dios le revele a usted todo aquello que este obstaculizando su propia visión.
[pullquote]Viendo Antes de Expresar[/pullquote]
Ver a Cristo es el primer paso para expresar a Cristo. El Señor Jesús nos dijo que él solo hizo aquellas cosas que vio al Padre haciendo (Juan 5:19). Necesitamos ver a Cristo antes de poder hacer (o vivir) a Cristo. La vista espiritual debe venir antes de que podamos expresar al Señor. Antes de que podamos ser Su Cuerpo y expresión debemos aprender a verle, no solo individualmente sino corporativamente. Los filtros se atraviesan en el camino de todo esto. No podemos ser la expresión plena de este glorioso Cristo (como su Imagen y Cuerpo) hasta que sean quitados de nuestros rostros los lentes empañados que traemos puestos. ¿Pero cómo sucede esto? ¿Es suficiente con conocer que filtros son los que nos están afectando? ¿Hay algo más que deba suceder para terminar con estos molestos filtros? Si, si, definitivamente SI!
[pullquote]Volviéndose al Señor[/pullquote]
Por supuesto, la palabra “filtro” no se encuentra en la Biblia. Sin embargo, la palabra “velo” si, y el apóstol Pablo nos da la respuesta al problema de los filtros/velos en la segunda carta a los Corintios.
“Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.” 2 Corintios 3:7-9
Aquí, Pablo está comparando los pactos y las diferencias de ministerio entre los dos. Él dice que el “ministerio de justicia” (Nuevo Pacto) debe superar por mucho la gloria del “ministerio de condenación” (Antiguo Pacto).
“Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.
Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.” 2 Corintios 3:12-14
Las mentes de los Israelitas fueron endurecidas con respecto al Mesías. Esto les causó el portar un grueso filtro o velo que nubló su visión. Cuando Él vino, éste Cristo se veía muy diferente a como ellos esperaban. No vino como un poderoso conquistador para derrotar física y políticamente a los Romanos. En lugar de esto, Él vino como el Cordero de Dios en un espíritu de mansedumbre y humildad. Éste velo permanece hasta éste día pues solo a través de Cristo puede ser quitado.
“Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” 2 Corintios 3:15-18
Aquí vemos el secreto de los velos siendo quitado. Es muy simple. Solo vuélvete al Señor! Esto es, al Señor Jesucristo. Él es el Espíritu. Él mismo es el “removedor del velo”. Ahora bien, ¿Cómo es esto de volverse al Señor? Significa el que vuelvas toda tu atención y enfoque a Él y solo Él. ¿Cómo conseguir esto? Por fe. Te vuelves a Él, quien vive dentro de ti, esto es, dentro de tu espíritu (1 Corintios 6:9). Él vive dentro de lo más profundo de tu ser, en el lugar más interno de ti, en el hombre interior (Juan 7:38; Efesios 3:16). Vuelve tu alma (mente, voluntad, emociones) a ese lugar donde Él esta.
Pero ese es solo el primer paso!
[pullquote]Contemplando al Señor[/pullquote]
Después de volverte a Él y poner en Él toda tu atención, entonces contémplalo! Pero no lo hagas solo, hazlo junto con el resto de los santos! En el versículo 18 Pablo nos dice que “todos nosotros” (en plural) con un rostro sin velo (en singular) contemplemos al Señor. Esto es algo para todos nosotros! Y la palabra contemplar es una palabra muy intensa en el Griego. Ésta significa no solamente ver sino el mirar intensamente.
A medida que la iglesia hace algo milagroso, la gloria comienza a aparecer. Ella es transformada (transfigurada) de gloria en gloria a Su imagen! Ella comienza a expresarlo a Él por el simple hecho de contemplarle!
Hasta luego filtros… ¡Hola a la expresión del Cristo viviente!
/ Traducido al español por Rodrigo Aguilera (@rodaguileramx) /