¿ Cristianismo o Consumismo ?

Consumismo

«Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.» ~ Gálatas 6:14

En Galacia, Pablo tuvo que lidiar con el problema de un evangelio diferente. Cuando los judaizantes llegaron a las iglesias, después de que él y Bernabé se habían ido, introdujeron el evangelio del legalismo. A pesar de que en ese lugar su evangelio era solamente Cristo (Gálatas 1:11-12, 15, 16), los creyentes judíos radicalmente religiosos agregaron algo al evangelio, intentaron agregar algo a Cristo.

Esto sucedió porque algunos de los Gálatas nunca recibieron verdaderamente la revelación de la cruz. No comprendieron que ellos habían sido crucificados también en ese madero (Romanos 6:8; Colosenses 3:3) y pensaron que todavía debían conservar sus propias vidas! Pero si un hombre muerto no intenta obedecer la Ley de Moisés, ¿para que ser circuncidado? Ha muerto para sí mismo y solo vive para Dios (Romanos 6:11).

Para Pablo, vivir era Cristo (Filipenses 2:21), no había nada más. Nada podía ser añadido porque nada mas existía. Pablo lo consiguió. Cristo fue su todo, vivió para expresar a Cristo, predicar a Cristo, y cumplir su eterno propósito en Cristo. Sin embargo, nos encontramos a nosotros mismos hoy en una situación diferente.
Nuestro moderno dilema

Es muy claro en las Escrituras que Dios tiene un propósito eterno (Efesios 1 y 3). Este propósito es algo que Dios ha deseado desde antes de la creación, de ahí el termino eterno. Este propósito está centrado en su amado Hijo:

«Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.»Efesios 1:9-10

Si continuas leyendo la carta a los efesios, este propósito eterno y deseo de Dios debe quedarte claro. Dios desea aumentar o expandir la esfera de Su Hijo teniendo un cuerpo para su expresión, una familia para su comunión y una novia para compartir su amor.

Pero aquí es donde radica nuestro problema. No hemos visto ni entendido esta eterna pasión dentro del corazón de nuestro Dios porque hemos sido cegados por otro evangelio. Este evangelio nos ha sido predominantemente predicado por nuestra cultura occidental y sin darnos cuenta hemos mordido el anzuelo. Le da color a todo lo que hacemos y hace lucir mejor nuestros espectáculos para solamente ver lo que nosotros queremos. Este evangelio nos ha introducido en su propio molde, y ahora todo lo que hacemos está influenciado por éste.

No somos libres para vivir por Cristo, para Cristo y en Cristo, ni somos libres para vivir para el eterno propósito y pasión de Dios. Los tentáculos de este monstruoso modo de pensar tienen atrapados cada pensamiento y cada acción. Es como una manta mojada que está sofocándonos y evitándonos el experimentar y manifestar la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.

Me estoy refiriendo al «evangelio», pensamiento, y cultura del consumismo occidental.

Somos una sociedad consumista y eso impregna cada área de nuestras vidas. La necesidad humana es Dios, y todo lo que gira alrededor de nosotros son nuestras necesidades y el cumplimiento de nuestros deseos. El clamor es: «Hey! Tengo necesidades que tú conoces, y deben satisfacerse sin importar el costo!».
Necesidades por docenas

Esto llega a ser lo más mencionado cuando vemos la cristiandad organizada. Nuestras «iglesias» están construidas para saciar la necesidad humana. Cuando los cristianos van de «compras cristianas» ¿Que es lo que buscan? Un buen predicador de manera que pueda ser alimentado con la palabra, un buen programa de jóvenes para que sus hijos puedan ser enseñados, un buen grupo de alabanza que haga sentir bien durante el servicio el domingo en la mañana y un buen programa de discipulado para crecer en su caminar con Dios.

Todas estas cosas que perseguimos no son sino características y beneficios. Estas son cosas que nosotros sentimos que necesitamos. Tenemos peticiones, tenemos necesidades, y la iglesia está aquí para saciar todas ellas.

Pero entonces, están las necesidades del mundo: ¿Qué de los perdidos? Ellos tienen una necesidad para salvación, ¿Qué acerca de los pobres? Ellos tienen necesidad de comida, ¿Qué acerca de aquellos que están en prisión, o de los enfermos, abusados, explotados, rechazados, abandonados, etc.? ¿No está la iglesia para hacerse cargo de todos ellos?
Hemos perdido por completo el enfoque

Hemos sido tan «consumidos» por la necesidad humana. ¿Podrá ser que hemos completamente olvidado la razón principal para la cual la iglesia de Jesucristo existe?

Nuestro Dios tiene una necesidad!

Sé que todos ustedes, teólogos, han reaccionado a esta declaración, sin embargo, yo entiendo que Dios es todo suficiente en su propia naturaleza, pero en un sentido, él tiene una necesidad en relación a su propósito eterno. El tiene un deseo urgente y pasión para completar algo, y él necesita que ciertas cosas tomen su lugar para completar su objetivo.

Mi punto es que hemos sido tan consumidos por la necesidad humana que hemos olvidado que la iglesia existe con un solo y único propósito, y es el satisfacer el anhelo del corazón de Dios, y ese anhelo es que su amado Hijo llegue a ser en suma, el centro, la cabeza, el cumplimiento, la expresión, y la fuente de todas las cosas (Efesios 1); de manera que lo llene todo (Efesios 4:10); entonces este glorioso Cristo tendrá una expresión que lo manifieste en toda su plenitud (Efesios 1:22-23); y es ésta expresión la que avergonzará a todos sus enemigos (Efesios 3:8-12). Como puedes ver, este es un llamamiento mucho más elevado que la simple necesidad humana!

¿Qué acerca de aquellos que han dejado el cristianismo institucional? Que acerca de aquellos involucrados en los movimientos de la iglesia sencilla (también llamada orgánica, misionera, iglesia en casa o emergente)? Si somos verdaderamente honestos con nosotros mismos, admitiremos que mucho de lo que está ocurriendo entre estos movimientos esta manejado por el exacto mismo motor que mueve la iglesia institucionalizada: la necesidad humana!

Como yo lo veo, muchas de nuestras Iglesias en casa procuran el satisfacer las necesidades de los que asisten a la reunión y/o buscan cumplir con la necesidad de aquellos en el mundo, sin embargo, considero esto una premisa equivocada. Cualquier grupo de personas que se hacen llamar a sí mismos «la iglesia» existen con una única razón: cumplir con el eterno propósito de Dios en Cristo. Cualquier otra cosa estará fuera de ese fundamento.

Si el propósito eterno de Dios en Cristo es la visión y fundamento de la iglesia, entonces la vida de Cristo fluirá a través de ese grupo, para cubrir ambas necesidades, las de los creyentes así como las del mundo alrededor de ellos.

«Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?»
Salmos 11:3

Hermanos y hermanas, debemos abandonar cualquier fundamento que no sea Cristo y su glorioso propósito e ir por el oro del conocimiento de la Gloria de Dios, en el rostro de Jesucristo!

Milt Rodriguez

Milt Rodriguez es autor de numerosos libros como "The Gathering", "New Day", "The Community Life of God", "The Temple Within", "The Butterfly in You", y "The Coat of Many Colors". Milt se ha reunido orgánicamente durante 22 años e invierte mucho de su tiempo en la plantación de iglesias misionales en los Estados Unidos y otros países. SITIO WEB: http://www.therebuilders.org - TWITTER: @rebuilders - FACEBOOK: /milt.rodriguez - BLOG: http://www.miltrodriguez.org

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