Filtros que imposibilitan la visión: Parte 3 – La agenda política
[pullquote]»Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.” Juan 18:36[/pullquote]
Conforme me acerco a la lucha contra un filtro más que impide nuestra visión de Cristo, no puedo hacer otra cosa más que traer a la luz esta idea tan común del cristiano involucradose en la política. Concuerdo con que debemos orar por nuestras autoridades, las escrituras nos lo dicen, pero la pregunta es ¿qué tanto debe involucrarse un creyente en la política de su nación y con qué propósito? ¿No podría convertirse esto no solo una distracción sino un obstáculo real a la venida de Cristo para mostrarse plenamente a través de Su Cuerpo? Para contestar estas preguntas echaremos un vistazo a un ejemplo de éste filtro político en las escrituras.
“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” Mateo 16:21-24
¿Cuál fue el filtro de Pedro aquí? Claramente, tuvo en su mente la agenda del Reino Mesiánico. Él (y los demás) estaban buscando que Jesús estableciera un gobierno político/físico que pudiera hacerse cargo del imperio Romano para dejar a la nación Judía gobernando bajo Su Monarquía. Esto no concuerda en ninguna forma con la idea de Jesús llendo a morir a una cruz! Pedro necesitaba tener una charla con Jesús para convencerlo que esto no pasaría, pero ¿Cuál fue la respuesta del Señor?
“Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.“
¿Puedes ver lo que sucedió aquí? Jesús está explicando a sus discípulos que él debe sufrir, morir e incluso que esto desafiaría los filtros religiosos de esos jóvenes judíos. Pedro fue el único que habló, pero estoy seguro que los demás estaban pensando lo mismo. Señor, no puedes morir, ¡necesitamos cumplir nuestras propias agendas! Lo que sucedió enseguida para mi es increíble. Jesús reprende a Pedro por ponerse del lado de satanás! En otras palabras, escoger tu propia agenda en lugar del propósito de Dios es satánico! Esto proviene directamente del enemigo. ¿Por qué estaba Pedro tan preocupado por que Jesús políticamente se hiciera cargo de los romanos? Porque así SU propia vida hubiera sido más sencilla! Fue un acto totalmente egoísta. ¿Cómo sé esto? Es simple… por la respuesta del Señor.
“Si alguien desea venir en pos de mí, niéguese a sí mismo… “
[pullquote]La Agenda Política Hoy[/pullquote]
¿Por qué hay tantos Cristianos Americanos tratando de tener una nación Cristiana? ¿Será porque ellos sienten algún tipo de obligación bajo Dios de traer a esta nación de regreso a Él? Personalmente, yo no creo ni siquiera que esta nación haya sido fundada sobre principios cristianos, pero aún y si esto fuera, ¿Es esto lo que Dios quiere? ¿Acaso nos dio Dios alguna vez el mandato de hacer y conservar una “nación cristiana”? Si es así, ¿cuándo y dónde nos dio tal mandato? En definitiva esto no está en las Escrituras. En el registro bíblico Dios solo ha tenido dos “naciones santas”: Una es Israel y la otra es la Iglesia. No veo en ningún lugar de las escrituras donde cualquier otra nación haya sido llamada a convertirse en una nación santa, sin embargo, existen muchos cristianos en los Estados Unidos que están orando y trabajando arduamente para traer esta nación de regreso a Dios.
Este movimiento ha utilizado pasajes del Antiguo Testamento (como 2 Corintios 7:14) para justificar su teología. El problema es que todos estos pasajes ¡están haciendo referencia a la nación de Israel! ¡Dios fue el único en hacer eso! No podemos simplemente intentar y hacer cualquier nación ¡una nación santa! ¿Verdaderamente creemos que Dios es un americano? ¿Acaso Él favorece América sobre otras naciones? ¿Debemos acaso entregar nuestras vidas para hacer cristiana esta nación e ignorar su propósito eterno? Nota – si no está seguro de cuál es ese propósito, entonces le sugiero que lea el siguiente artículo: “Los Elementos Perdidos del Evangelio”.
[pullquote]Los peligros de este Filtro[/pullquote]
Aquí hay algunas razones por las que yo considero este filtro sumamente dañino al propósito de Dios:
- Nuestro énfasis se desvía del propósito de Dios de tener una expresión verdadera de su Hijo a través de la Iglesia a una agenda política terrenal y física que solamente sirve al sistema mundial y al sistema religioso en él.
- Nuestro enfoque se aparta de la centralidad y supremacía de Jesucristo – el mismo Señor quien dijo que su reino no era de esta tierra.
- Aquellos involucrados en este movimiento se han vuelto muy elitistas y sectarios. Aquellos que no están ayudando a “salvar la nación” son vistos como malos cristianos. Incluso he tenido amigos que se han molestado terriblemente conmigo ¡por no estar de acuerdo con ellos!
- La meta de Dios en las escrituras es claramente la Nueva Jerusalén la cual es la esposa adornada para su esposo quien es el Cordero de Dios. (Apocalipsis 21, 22). ¿Porque gastar tiempo, dinero, y energía en alguna otra meta que no es la del Señor?
- Esto es solo otra distracción que nos aparta de la persona misma de Jesucristo. Los velos (filtros) solamente desaparecerán de nuestros ojos hasta que nos volvamos totalmente a Él (2 Corintios 3:14-18).
Anhelemos que todo velo caiga de nuestros ojos para que la única agenda que quede sea ¡el mismísimo Señor Jesús!